Sincronicidad y el escarabajo de oro
Artículo escrito por la Dra. Marina Perrone sobre la sincronicidad en la psicoterapia y aprendizaje asistidos con equinos.

En las primeras experiencias en psicoterapia asistida con equinos (PAE) y aprendizajes asistidos con equinos (AAE), solía preguntar, ¿les dan zanahorias (a los caballos) para que sean tan buenos actores? En los entrenamientos vivenciales, percibí en primera persona el fenómeno sincrónico que se da entre el que está realizando una sesión de PAE y lo que hacían los caballos. Todo lo que sucedía, era totalmente significativo con respecto al tema que se elegía trabajar. Es allí donde decidí investigar un poco en este concepto y explicar de algún modo ¿Qué era lo que pasaba ahí en pista?

El concepto de sincronicidad, existe al menos desde la época de la filosofía vedanta, ésta entiende, que tenemos diferentes niveles de conciencia, y aquella que está conectada con el entorno del que somos parte, parte de esa unidad sagrada, al decir de Bateson sería la conciencia de la sincronicidad.

 Fue Carl G. Jung quién impuso el término de sincronicidad en el campo de la psicología, refiriéndose a “la simultaneidad de dos sucesos vinculados por el sentido, pero de manera no causal”. Es la unión de los acontecimientos interiores y exteriores, que no se pueden explicar, pero que tiene cierto sentido para la persona que lo observa. Coincidencias significativas que suceden en un mismo espacio temporal.

Jung llegó a la conclusión de que hay una íntima conexión entre el individuo y su entorno, que, en un determinado momento, se ejerce una atracción que termina creando circunstancias coincidentes. Esto, claramente tiene un valor específico para la persona que lo vive.

Un significado simbólico o una manifestación externa del inconsciente colectivo. Son estos tipos de eventos, los que solemos achacar a la casualidad, al azar, la suerte o incluso a la magia. La sincronicidad sería en el plano físico, la idea o solución que se esconde en nuestra mente, maquillada de sorpresa y coincidencia, siendo de esta manera mucho más fácil alcanzar.

Wolfgang Pauli, premio nobel de la física, pensaba que la sincronicidad era una de las expresiones que caracterizaban al unus mundus, una realidad unificada de la que emerge y regresa todo lo existente. Coincidiendo ésta concepción con la teoría de la totalidad y el orden implicado de la mecánica cuántica del físico estadounidense David Bohm.

“Teníamos una antigua idea de que había un universo allí fuera, y aquí está el hombre, el observador, protegido seguramente del universo por una plancha de vidrio cilíndrica de seis pulgadas. Ahora aprendemos del mundo cuántico que, incluso para observar un objeto tan minúsculo como un electrón, tenemos que romper ese vidrio cilíndrico; tenemos que llegar hasta adentro... De modo que la antigua palabra observador simplemente tiene que ser eliminada de los libros, y debemos sustituirla con la nueva palabra participante. De este modo hemos llegado a darnos cuenta de que el universo es un universo de participación”.

David Bohm (Puente entre mente y materia, pág. 5)

A pesar de una visión «científica» de la naturaleza, los sucesos que catalogamos como una «coincidencia», tienen poco sentido para la persona que haya experimentado tal sincronicidad. En efecto, estos son significativos y desempeñan un papel importante en la vida de esa persona. Las sincronicidades son los comodines en la baraja de cartas de la naturaleza, nos retan a construir un puente con un fundamento apoyado sobre la objetividad de la dura ciencia y el otro, sobre la subjetividad de los valores personales.

 Jung comenta que, en una ocasión, la mujer relató un sueño en que apareció un escarabajo dorado. Jung sabía que dicho escarabajo tenía gran significado para los antiguos egipcios, pues lo consideraban un símbolo del renacimiento. Mientras hablaba la mujer, el psiquiatra, en su oficina oscura, oyó un golpe en la ventana situada detrás de él. Descorrió las cortinas, abrió la ventana, y entró un escarabajo de color verde-dorado, un Cetonia Airéate. Jung le enseñó «su» escarabajo a la mujer y, desde aquel momento, la racionalidad excesiva de su paciente quedó atravesada y las sesiones se volvieron más provechosas.

¿Sera de alguna manera en PAE, lo que vivencio Jung con su paciente y el escarabajo dorado? Jung, se dio cuenta que las sincronicidades ocurrían más a menudo en períodos de cambios en la vida de las personas, como señales que el sujeto percibe al estar conectado a una realidad superior que engloba la suya propia. Somos un microcosmos dentro de un macrocosmos, o también podríamos decir que somos una parte del todo, en el que parte de las conexiones entre los sistemas y sub sistemas continúan siendo parte de lo misterioso.

Autor: PhD Marina A. Perrone

Referencias

Jung, Carl http://losarchivosdelviento.blogspot.com/2011/03/jung-la-sincronicidad-y-el-escarabajo.html

David Bohm https://www.arteuna.com/talleres/lab/peat-f-david-sincronicidad-puente-entre-mente-y-materia.pdf

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